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el periodico de saltillo

Abril 2018

Edición No. 350


// Del Tintero //

Y nos llegó el olvido

Fidencio Treviño Maldonado.

Apelando a nuestra memoria de teflón, a la flojera de pensar, a la indolencia y pasividad del noble pueblo, la clase política y secuaces que les acompañan, le apuestan al olvido y al dicho muy nacional del borrón y cuenta nueva. Nuestros jefes en la política y como dueños del país desde hace años se burlan del pueblo, el trato que de ellos emana es una muestra del odio que nos tienen, la misma comedia de las mascaradas. La tiranía y pensamiento feudal con que se nos ha tratado y se sigue tratando, es una muestra tangible de que poco o nada les ha interesado como está el entorno social o el estado que ha guardado y guarda el país en la actualidad.

México país rico, que a pesar de ser saqueado por propios y extraños, por mestizos y criollos, por extranjeros y nacionales por cinco siglos han resistido sus recursos y aun hay para dar, rentar, fiar y llevar. Sin embargo los miles de casos anómalos no son aspectos abstractos, son actos notorios y van desde crímenes del Estado hasta megafraudes al pueblo, son efectos que tienen al país entre la mugre, el tedio y fatiga.

Para el poder hegemónico, quien estorba a sus intereses es eliminado, y parodiando al héroe del 2 de abril, don Porfirio Diaz con aquel “Mátalos en caliente”, el río, los arroyos, las calles y ciudades enteras se han llenado de sangre con crímenes ordenados desde arriba y más allá de los Madero, los Carranza, Zapata, Villa, Felipe Ángeles, Benjamín Argumedo, Álvaro Obregón entre otros esté Luis Donaldo Colosio, que tal vez para los operadores de la justicia nacional esté resuelto, pero para el pueblo este crimen aun esta en el limbo y muy bien resguardado en los oscuros archivos del poder.

Antes, en un muy reciente pasado, la familia del último y verdadero líder agrario que tuvimos en el país, Rubén Jaramillo con todo y familia fueron vilmente asesinados, después la despiadada masacre de los jóvenes en Madera, Chihuahua 1965, Tlatelolco 1968, el Jueves de Corpus en 1970 y de ahí más de 2 mil jóvenes desaparecidos, muertos y encarcelados en la llamada Guerra Sucia hasta 1976, antes en un accidente nada claro murió Genaro Vázquez y, traicionado en la sierra de Guerrero, muere Lucio Cabañas.

Más recientes, aun frescos se dan masacres en Acteal, Chiapas y Vado Blanco en Guerrero en donde fueron más de una treintena de hermanos los sacrificados, mujeres, niños y ancianos, y así van hilvanado la trenza de crímenes y despojos de lo que hemos sido objeto los mexicanos de un sin número de perversidades y cuyos archivos son letra muerta y ni siquiera aparecen en alguna historia ficticia u oficial.
Y más allá de los cientos de gobernantes déspotas y ratas que tenemos, está escondido lo peor, el respaldo y protección que estos pillos reciben de sus amigos gandayas de más alto rango. Con las mismas mañas de Miguel Alemán en los años 50s se ha seguido gobernando el país, saqueándolo, se roban el dinero de los pobres braceros que el gobierno de los USA mandó para que se les repartiera como parte de lo que generaron trabajando en la Unión Americana y lo desaparecen, PEMEX se les entrega a los líderes y hasta la fecha lo siguen exprimiendo, los hermanos, hijos y amigos cómodos de algunos ex-presidentes se enriquecen y pasean su vergüenza y riqueza y vileza por el mundo.

En la actualidad son cientos de pillos y truhanes los que están en las listas de malandros, sin embargo aunque existan cifras y datos de cuántos, cuándo, cómo y dónde saquearon a los Estados, a los municipios, ellos le apuestan al olvido y por lo pronto se cobijan con puestos que dan impunidad o fuero para que pronto les llegue el olvido. En Durango, en Nuevo León, en Coahuila, Chihuahua, Puebla, Jalisco, Nayarit, Sonora y otros 22 Estados los actuales gobernadores y ex, robaron a manos llenas, quesque como deudas o con empresas que no existen; y la clase gobernante, la celosa Hacienda, los fiscales y recuas que les acompañan los protegen, mientras el pueblo paga esas deudas impagables y así como se desvaneció el ahorro para regalarlo a los hombres ricos del país, el llamado “Robaproa” ahora pomposamente llamado IPAF del que nadie se acuerda y todo porque estas ratas le apuestan al olvido, al borrón y cuenta nueva y hasta el perdón.

Este es el país de las maravillas para los que han robado, y el país oscuro de la ignominia para los desprotegidos, los que sólo se cuenta su historia en corridos o películas, sin embargo, los gamberros y pillos que nos han saqueado le están apostando al olvido, como ha quedado demostrado.

kinotre@hotmail.com

 
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